Caminé, pensando que me esperarías a la salida del laberinto, pero retiraste tu mano en el último momento.
No me perdí entre las sombras; la brújula del viento nunca falla. Sin embargo, se ha disuelto el sendero y ha callado la brisa.
O, tal vez, hay algo en mis oídos que me impide escuchar su voz.
No hay comentarios:
Publicar un comentario