Ahora bien, es evidente que la aparición de personajes con
un complejo mundo interior enriquece un relato, una novela, una película o, en
el caso del que quiero hablar, una serie.
A Rick y Morty podríamos dedicarle páginas y
páginas, y no solo por las numerosas referencias al género de la ciencia ficción,
ya sean como homenaje, como crítica o como reinvención del mismo, que se hacen
en la serie. Pero hoy nos vamos a centrar en el tratamiento de los personajes.
El carácter de los protagonistas que dan nombre a la serie
se ve bien definido desde el primer capítulo, en el cual se hace hincapié
precisamente en los rasgos particulares del adolescente Morty y su singular abuelo
Rick Sánchez. No es necesario aclarar la intención paródica que hay en la
elección de tales nombres.
Importantes obras de la literatura universal tienen como
protagonista a una pareja de personajes que se complementan: las formadas por
Don Quijote y Sancho Panza o por Sherlock Holmes y el Doctor Watson son los
ejemplos más conocidos. Tal cualidad la vemos también en el científico y su
nieto. De hecho, en uno de los episodios se menciona precisamente la simbiosis
que existe entre ambos, de la cual, como es de esperar, solo es consciente
Rick. Esto tiene una explicación científica, pues, según nos cuenta el
intrépido anciano, las ondas cerebrales de Morty neutralizan las de Rick y así
evita que le detecten. De esta manera, la propia naturaleza neurológica de
ambos cumple un cometido dentro de la trama.
Rick se nos presenta como un hombre muy seguro de sí mismo. El
hecho de controlar el Universo, las distintas dimensiones y ser capaz de
construir los artefactos que necesita en segundos, así como salir airoso de las
aventuras en las que se ve metido o que él mismo busca no es baladí. Podríamos
decir que Rick es quien parte la pana en el Universo, a causa de su inteligencia
colosal. Sin embargo, vemos a lo largo de los distintos capítulos cómo le
invaden las dudas. El carácter cómico y transgresor de la serie no eclipsa la tragedia
humana: los personajes de la serie son como nosotros y se ven afectados por los
mismos temores, incertidumbres y contradicciones internas que siente cualquier
persona. A pesar del escenario de ciencia ficción, Justin
Roiland y Dan Harmon tienen la clara intención de plasmar esa cualidad
universal, lo cual me lleva a recordar el libro
que reseñé hace un tiempo, en el que su autor, Yuri Herrera, hace un viaje
por distintos planetas en busca de lo que cualquier criatura, sea terrestre o
no, comparte.
Pero los creadores de la serie han destacado especialmente
la lucha que todos vivimos entre el ego y nuestros sentimientos más puros. No obstante,
en ningún momento -al menos de los capítulos que yo he visto- nos dan lecciones
de moralidad; ni tampoco hacen una defensa de lo que en nuestra cultura se
considera inmoral, aunque parezca lo contrario a causa del constante humor
negro. Sencillamente, los personajes se expresan tal como son dentro de un
mundo multidimensional, poblado por numerosas formas de existencia, de
pensamiento, de comprensión de la realidad.
Hay dos personajes que comparten algunos rasgos con ciertos
estereotipos: el de Morty, que parece ser el típico adolescente ninguneado por
todos, temeroso, inseguro; y Jerry, el padre, que nos trae a la memoria alprotagonista
de American Beauty, es decir, al hombre casado de clase media que tiene
un trabajo aburrido y un carácter bastante sumiso, el cual intenta ocultar tras
el ansia de dominación de su familia. Jerry vivía en la ilusión de que todo
estaba en orden en su hogar hasta que Rick se va a vivir con ellos, poniendo
toda su vida patas arriba o, mejor dicho, sacando a la luz los conflictos que
ya existían. La oposición entre ambos hombres, que intentan quedarse con el
papel de patriarca de la familia, va a modular parte de la trama.
Sin embargo, aunque Morty y Jerry tengan esos rasgos
estereotipados, comprobaremos que no poseen en absoluto una personalidad
lineal, sino que, al igual que los demás, sufren contradicciones y no siempre
reaccionan de la misma manera ante las distintas situaciones. Y no solo eso,
sino que, además, tales experiencias van dejando una huella en todos los
personajes y veremos cómo su carácter cambia en cierta medida.
Beth, al contrario que su marido Jerry, rompe estereotipos,
algo que resulta liberador, ya que tradicionalmente la maternidad se presenta
en la cultura (cine, series, novelas...) de una manera muy definida [i]. Quizás
solo sea una sensación mía, pero parece que los creadores de la serie buscaban
deliberadamente la comprensión por parte del telespectador de Beth y de todas
aquellas mujeres a las que representa. Quizás el culmen de la historia de esta
madre tan real está en el final de la cuarta temporada[ii]. Pero
Beth no es solo madre. Es más, uno de los núcleos del argumento es precisamente
la relación de Rick Sánchez con su hija.
Que estemos dejando a Summer para el final no significa que no
tenga relevancia, aunque así parezca en los primeros episodios. Summer no es
solo la hermana de Morty y la nieta de Rick; no es un personaje de relleno. Su
personalidad nos sorprende a lo largo de la serie. Es valiente, ha heredado la
inteligencia de su abuelo y su madre y, aunque se ve afectada por los mismos
avatares que cualquier adolescente, tiene un carácter único.
Pero ¿por qué no la vemos participar en las aventuras espaciales
tanto como a su hermano? Pienso que se debe a lo que tratan de mostrarnos Justin
Roiland y Dan Harmon: la sociedad en la que vive la familia es patriarcal. Los
creadores de la serie, como he dicho, no se posicionan, sino que se limitan a
mostrarnos una realidad, en la que, aun con obstáculos, Beth y Summer lograrán
enseñarnos todas sus habilidades sin renunciar a su forma de ser.
Desde luego, en Rick y Morty veremos otros personajes
peculiares, pero los principales nos sirven para explicar cómo, efectivamente,
la complejidad de los mismos puede enriquecer una obra narrativa, sin ser este el
único factor determinante.
[i]
A este respecto, se pueden consultar los libros de Casilda Rodrigáñez y los artículos de Laura
Perales Bermejo (https://www.crianzaautorregulada.com/articulos/)
[ii]
Recomiendo ver la serie en orden para conocer la evolución de los distintos personajes.
Además, la historia de Beth no se puede comprender enteramente viendo solo la
cuarta temporada.