5/8/19

Lengua y dialecto


Aunque ya he hablado de esto en mis vídeos, sobre todo aquí, voy a dedicar esta entrada a explicar los términos “lengua” y “dialecto” para que la información esté más accesible.

La palabra “dialecto” está cargada de connotaciones negativas por parte de los hablantes, y esto es porque se ha venido usando para menospreciar determinadas lenguas, hasta el punto de que miembros de algunas comunidades lingüísticas han llegado a creer que lo que ellos hablaban no era más que “español mal hablado” (recomiendo esta entrevista).

¿Cómo definen los expertos el término “dialecto”? Cito algunas definiciones sencillas:

<< el dialecto es (...)una modalidad concreta de una lengua>> El lenguaje humano, M. Victoria Escandell Vidal y otros autores

<<un dialecto es la forma que tenemos de hablar una lengua>> Lola Pons https://verne.elpais.com/verne/2019/05/21/articulo/1558424530_527443.html

<<variedad de lengua compartida por una comunidad: las lenguas, conceptos abstractos, se realizan en “dialectos”>>. Sociolingüística y pragmática del español, Andrés Enrique-Arias y Carmen Silva-Corvalán

La lengua, en cambio, no es una entidad concreta, es un concepto abstracto que no tiene hablantes reales y que solo se realiza a través de los dialectos (Celia Casado Fresnillo en El lenguaje humano). Otros lingüistas ofrecen definiciones similares.

La diferencia (según la Lingüística) es como la que hay entre un fonema y sus alófonos. Nadie pronuncia fonemas, sino que, como la lengua, un fonema es una idea abstracta. Hay muchas realizaciones (alófonos) del fonema /s/. En este mapa vemos las distintas realizaciones de /s/ en Andalucía. La ápicoalveolar cóncava es la /s/ minoritaria en España. Se pronuncian distinto porque la lengua se coloca de diferente manera y el resultado (lo que oímos) varía, aunque muchas veces no somos conscientes de esas diferencias y necesitaríamos agudizar el oído para percibirlas.


http://grupo.us.es/ehandalucia/que_es_el_andaluz/03_la_pronunciacion_andaluza_ext.html

 Y no solo sucede con la /s/, sino con todos los demás fonemas. En Puerto Rico, por ejemplo, hay una /r̄/ “rr” uvular, mientras que otros hablantes la pronunciamos de una manera totalmente distinta. Incluso un mismo hablante, en diferentes contextos, puede hacer distintas realizaciones (una /-s-/ predorsal en interior de palabra, entre vocales y una /-s/ aspirada en final de sílaba). 
Armin Schwegler

En mi vídeo os planteaba un ejemplo mucho más sencillo: el concepto de “perro” no existe, sino que es algo abstracto que solo está en la mente del hablante, ya que hay multitud de razas de perros; e incluso los miembros de una misma raza son diferentes entre sí. Según la Zoología, tan perro es un pastor alemán como un beagle. Sin embargo, tenemos claro que un gato no es un perro, aunque los dos son mamíferos, tienen cuatro patas, etc.

Si utilizamos un paralelismo, podemos decir que la lengua es el concepto abstracto de perro y el dialecto es cada perro en concreto (Troy, Nara, Canela, Toby, Kira...). Cada uno de ellos son seres materiales con los que podemos jugar. En cambio, el concepto de perro no lo podemos tocar, porque es una idea de nuestra mente. Del mismo modo, los dialectos los hablamos y escuchamos. En cambio, nadie habla una lengua, sino una variedad de esa lengua (Celia Casado Fresnillo), es decir, un dialecto de esa lengua, y esto sucede porque en cada zona, se dan unos fenómenos distintos. El estudio de esos fenómenos permite elaborar atlas lingüísticos, como el ALPI (Atlas Lingüístico de la Península Ibérica). 

Por lo tanto, el español solo se realiza en dialectos (el andaluz, el canario, el castellano, el rioplatense, el andino, el mexicano...) y lo mismo sucede con el resto de lenguas peninsulares, como el euskera, el asturianoleonés, el aragonés, el catalán o valenciano, el gallego o el aranés. Todas estas lenguas se realizan en dialectos, es decir, se hablan de diferente forma en cada zona.

Entonces, ¿por qué a algunas variedades las llamamos dialectos y a otras lenguas? Las razones son ajenas a la lengua. Pueden ser políticas, sociales..., pero no hay nada intrínseco en una variedad que la “convierta” en lengua o en dialecto.

El DLE define “dialecto” en su primera acepción como <<Variedad de un idioma que no alcanza la categoría social de lengua>>. Pero esta primera acepción es la que se ha extendido en (precisamente) la sociedad. La segunda acepción, que tiene la marca "Ling." (lo que significa que esta es la definición según la disciplina), no lleva implícita ninguna connotación negativa.

De nuevo volvemos al punto de partida: no hay razones lingüísticas para afirmar que un dialecto es inferior a una lengua. Lo que verdaderamente influye en la consideración social de lengua es, sobre todo, el concepto de “prestigio”, del que también he hablado en otras ocasiones, y hay dialectos que alcanzan ese prestigio (o consideración social) y otros que no. 

Hay variedades prestigiosas y otras estigmatizadas. ¿Y de dónde surgen el prestigio y la estigmatización? Dejo la respuesta para otra ocasión y te invito a que, mientras tanto, indagues y reflexiones tú mismo sobre ello.

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