14/4/12

Amiga Tristeza (pero sólo para un rato)

Hay quien teme la tristeza, huye de ella, la ignora, le corta el paso de salida, que no de entrada, pues ella no está afuera y un día viene a visitarte, sino que procede del mundo infinito en tu corazón y en cualquier momento te dice: ábreme, quiero salir. También hay quien la llama a ella, pero no para dejarla salir, sino para permanecer siempre a su lado.
Hay algo bello y sublime en la tristeza, pero no en la reprimida, sino en esa libre, que sale del corazón y vuela por el aire dándole un tono grisáceo al cielo e incluso puede que se transforme en fina lluvia o en una suave melodía que acaricia las mejillas. Y después te dice adiós con un suspiro, poco a poco asciende, abandona la atmósfera, dejando paso de nuevo al Sol que te mira curioso, se va también del planeta y penetra la espesa oscuridad para convertirse en una estrella que te guiña un ojo desde arriba porque ahora ya conoces su secreto.

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