1/2/15

Se me ahoga la poesía...

Se me ahoga la poesía en esta espiral de afilados dientes.
No quiero llamarlo desgarro. No. Las pasiones que me desgarran abrazan en encendidas llamas mi pecho cuando amenaza el desfallecimiento.
Si existe una palabra para esto, aún no la conozco. Es un alambre de espinos que aprisiona mi alma, y hace que rezume ennegrecida hiel.
Salpica, erosiona mi integridad. Mi presente.

Es una batalla entre el puño del pasado y la danza de un pincel que conoce el misterio de los colores. Perdí de vista el pincel. Y la líquida pena de mis ojos no me permite comprobar cómo ha quedado mi piel. Y es que las lívidas manchas que deja el pasado no pueden mezclarse con la paleta del pintor. Pertenecen a distintas esferas.

Cómo concluir. Yo no soy profeta. Solo quiero dormir. Tal vez entonces un ángel me alimente.

Pintura de Juan Antonio de Frías y Escalante

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