12/7/18

Dejé caminos ciegos...


Dejé caminos ciegos, fui derribando los muros, derritiendo el cristal de los desiertos. Luché contra la espesura, guiada siempre por el hilo que a veces se sumergía.

Hoy mis pasos son más libres, aunque a veces los atrapan enredaderas de plástico. Y sigo mirando el sol, las manos de la ninfa, y a veces duermo y se pierde entre las nubes.

Y anhelo pupilas, ventanas; y se acercan mis labios a edenes; y suspira Febo y se esconde, a veces huye, a veces se sienta a esperar. Y miro sus pies y su pecho, que suenan también enredados en látigos de humo.

Y huele a brillo que no alcanzo, y regreso al prado sin amapolas, al lago sin corrientes profundas, al lecho donde se duerme sin soñar.


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