25/3/20

25-III-2020


No puedo llamarte mi sueño si yo no te creé. Estás por encima de cualquier dios y aun así nos sostienes a todos; poderosos, marginados, campesinos, grandes ejecutivos, camareros, parados...

Te acaricié. Me abrazaste. Solo un tiempo. Me alegrabas la vista y el corazón. Yo te cuidaba y te cantaba.
Y se rompió. Y me rompí.

Pasé años reparando los fragmentos.

Y aunque se supone que aquí estás, con otras formas y otra voz, ya no te siento completa. Te busco en los cuentos de mi almohada mientras mis pies añoran alas.

Necesito que tu manto evapore esta falsa jungla roja y gris. Y regreses imponente. O yo regrese a ti risueña, como antes.

No te llamo mi sueño aunque no hago otra cosa que soñarte y dormir en ti cuando eso que llaman realidad me obliga a tener los ojos abiertos.

Ya no estoy rota, pero todavía no te encuentro.

1 comentario: