24/10/20

De sombras y esencias fugitivas

 Tan cerca y tan lejos

 

 

...quién...

 

 

Esencias que huyen con el viento que intenta limpiar mi carne;

 

unas murieron entre mis dedos;

 

otras, las que toco, son caballos que escapan al galope de mis latidos.

 

Rincones que se esconden en las sombras más espesas

 

donde no llega mi luz.

 

 

Qué luz

 

 

Dicen que soy luz. A veces la percibo.

 

A veces se enreda la sensación con el grito y el alambre.

 

A veces sueño que se perdió cuando el vencejo cerró para siempre sus ojos negros.

 

A veces sueño con sus ojos.

 

No hay noche. No hay fuego exhibiéndose ante un nudo de manos.

 

Despierto y me pregunto... ¿existió realmente la noche?

 

Demasiada imaginación. “Demasiado idealista”.

 

Y qué más da si ahora hay otro latir.

 

Latir que se escapa como escapó la noche.

 

Latir que se desvanece en este antisilencio.

 

El antisilencio punzante que no se agota.

 

Pero tanto pseudoruido no puede vencer

 

a un corazón cansado y valiente.

 

Ya vendrá el canto de las aves,

 

que diluye las sombras.

 

Ya hallaré el agua sagrada

 

que renueva la piel y la sangre.

 

Si las esencias huyen,

 

seguirá mi mente “demasiado idealista”

 

buscándolas hasta el fin de los ciclos.

 

2 comentarios:

  1. Hermoso. Una exquisita sensibilidad que reflexiona sobre su propia profundidad almática y su abanico de sombras. La enorme inmensidad vacía, herida apenas por un fulgor que anuncia la vida a partir de un "antisilencio" clandestino pero cómplice de la luz y sus impactos ignorados en las pieles de tantas humanas orillas dolientes. Ternura femenina en la profundidad de sus propias constricciones. Femenina ternura en la esperanza y si no la hubiese "...que más da si ahora hay otro latir". Me ha llenado de emoción. Felicitaciones.

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