31/8/18

31-VIII-2018


Hay días en que huyo de perlas y de bosques,
del tacto de pechos sin enterrar.
Porque ya no pinchan las lágrimas.
(Habrán perdido sus alas)

La pereza del viento me impide escuchar
pasos que brillan como el rocío.
La tarea de seguir mi madeja de calles
es más que suficiente.

Y se me agotan las palabras,
y no siento la savia.
Y se me enredan los pies con el asfalto.

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