¿Adónde van los ríos de azabache
desde que tus ojos han muerto?
Se convierten en carbón
dentro de tus venas.
Azabache que fue perla
entre mis ojos rotos.
Y la niebla agotando palabras
se tragó el nudo.
Y mi sal se enredó
en tus pies cansados,
inertes; sin poder salpicar
la calavera.
Deshice mi nudo de mar
sola yo, ausente
tú, como hasta ahora,
como hasta siempre.
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