¿Hay un grito que haga pedazos esta jaula de cristal?
Quizás no un grito, sino una melodía. Tajante y perenne como
lo eran antes mis pasos.
Quizás... quizás estoy cada día más cerca. Nota a nota. In
crescendo.
Tal vez es mentira este antisilencio. Un enredo de la niebla
para no morir de inanición. No me salvarán los abrazos, como afirman los perpetuadores
de quimeras. Me salvará creer en la armonía de mis pasos de caótica apariencia.
Me salvará cerrar los ojos todas las veces necesarias hasta
que recuerde la noche limpia que vive en mí.
Me salvará, como siempre, mi suave beso valiente que no teme
sumergirse en los infiernos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario