7/1/14

Improvisando

Cuando reviso mi blog me gusta encontrarme textos elegantes y bien cuidados, pero muchas veces encuentro frases soltadas tal cual, fruto del remolino de emociones que parece que tienen más energía que yo. Pero no tengo que demostrar nada. Yo no soy León Tolstói ni Miguel de Unamuno. Claro que una a veces sueña que se convierte en un escritora de reconocimiento mundial, sobre todo cuando era niña, pero para eso tengo los ratos que dedico a mis relatos y otros proyectos (hay literatura más allá de este blog). Entonces, ¿por qué no relajarse por un momento y dar salida a este torbellino, que de otro modo se convertiría en maremoto, perjudicando mi serenidad?
Pues por eso aquí estamos, el papel virtual y yo. ¿Que cómo estamos? El papel medio en blanco y yo... bueno, claro que me gustaría llegar a ser una gran escritora. Y sé que en el pasado mi ambiente no ha sido favorecedor. Tenía tanto por superar. Digamos que he sacrificado mi desarrollo profesional por el personal, y no me arrepiento, ya que realmente era necesario. Pienso que no se puede ser un buen profesional sin haber logrado una integridad, y en estos tiempos es tan complicado debido a la deshumanización a la que se ve sometida la sociedad. Por supuesto que tenemos el poder de "revertir el proceso". Como digo, a ello me he estado dedicando. Ha sido una carrera a contrarreloj en la que, debido a mi intensa forma de sentir, he vivido de todo: tristeza, asombro, ilusión, esperanza, ira, desesperación... Y sobre todo aprendí que el amor no es un sentimiento, sino la aceptación de uno mismo en cada uno de estos estados.
Ahora ya puedo dedicarme a ponerle conocimiento a mi vocación, porque entiendo que para llegar lejos se necesita tener un don especial, por supuesto (que todos tenemos, aunque la mayoría no ha descubierto), pero también dedicarle tiempo y empeño.

¿Qué mas podría deciros? No soy más que una humanita en medio de este gran Universo, menos que una mota de polvo, y poco a poco aprendo a ser feliz, porque aunque seamos insignificantes comparadas con la inmensidad del espacio, creo firmemente que nuestra felicidad sí importa, y nadie puede elegir por nosotros cómo vivir esa felicidad. ¿Qué es lo que te hace feliz? Hazlo, no importa lo que digan los demás, ni siquiera las personas que te importan. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario