29/1/14

No lloro, no canto.

No sale una lágrima, no una melodía.
En cárcel confortable
mi pecho amarrado.
Un sutil susurro.
Un grito ahogado.

Aquí no escucho,
aquí no siento.
Aquí imágenes de humo
que no calientan
ni asfixian.

Aquí un poema
que no sabe ser hecho,
que sólo necesita
sonar y no puede.

No se oyen los pasos,
ya no hay una puerta.
Cuerpo no habitado.
No es alma desierta.
Es alma que vuela,
en cielo inexistente,
o en cielo que sí está,
pero en él no estoy presente.

Sólo cantan las lágrimas
en el húmedo frío de invierno y
en el acogedor verano.

Mi cárcel, mi cárcel,
confortables paredes
que pateo y no salgo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario