Me vais a permitir que
ignore sucios pensiles de alcahuetas flores.
Sínkope
Mis pies corriendo hacia el azul y el antisilencio
haciéndome soñar zancadillas. Mientras la niebla permanezca inasible, y no alimente
las arenas movedizas que a ratos me detienen, podré seguir mi camino, aunque con
alguna que otra lluvia y enredón.
La roja punta de tus dedos parece que quiere arrebatarme lo
que ni siquiera tengo, y se disfraza y lo abraza con cadenas invisibles que
dejan cicatrices bajo la piel.
Y yo, con mi pozo seco, me muevo igual; continúo en mi
silencio adornado de pájaros. Y me pregunto si no sería mejor gritar mi
vendaval antes de que tus sucios pensiles lo atrapen. Pero la voz de las
estrellas que por fin oigo me dice que solo siga, sin mirar a los lados, corriendo
hacia el azul.
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