11/12/13

Los viejos amores no vuelven

A veces me permito soñar, teniendo presente que esas fantasías no se van a cumplir. Una cosa es ser positivo y otra auto engañarse. Así pues, dejo que mis anhelos salgan un rato a jugar. No es sano encerrar nada en la psique. Lo podemos transformar en arte o simplemente dejar que se exprese en forma de fantasía.

Los viejos amores no vuelven,

sino que conocen a nuevos amores y continúan su vida. Ése es el precio que tenemos que pagar por no haber hecho mejor las cosas, por nuestra falta de consciencia o nuestras decisiones erróneas (o directamente catastróficas). Posiblemente hay alguien que nos marca más que el resto, que nos inspira esto:

La inmadurez emocional era sólo la razón visible de su decisión de no conocer a nadie. En realidad ella no deseaba pasar media juventud, la cual se le acababa, conociendo a alguien. Conocer a alguien era un proceso largo y significaba que ella también tenía que mostrar su alma. Para sus compañeras bastaba con saber cuáles eran los gustos y manías del galán en cuestión. Rosa buscaba en lo más profundo de la mirada, intentaba leer la esencia, descubrir la obra de arte que había bajo la fachada. Y en esa búsqueda se creaban lazos invisibles pero perfectamente sólidos, ya que a la vez, también iba descubriendo su propia esencia. Y no quería regalársela a cualquier persona. Le costó mucho esfuerzo alcanzar a ver el maravilloso paisaje que Raúl guardaba bajo su apariencia de intocable ajeno al mundo, del mismo modo que llegar a mirarle a los ojos sin el muro tras el que permanecía la mayor parte del tiempo.

Y en este caso podemos disfrutar de la soledad. Parece que a la sociedad le molesta la soltería (no digamos ya el celibato), pero en realidad esa creencia parte de personas que no están acostumbradas a permanecer consigo mismas. Y si nos obligamos a estar con alguien, consciente o inconscientemente, nos descargaremos del Universo una copia carente de esencia, no porque no la tenga, sino porque no nos habremos enamorado de la esencia de la nueva persona, sino que estaremos buscando la de nuestro viejo amor. Esto sólo puede desembocar en frustración.

Pero bueno, este texto no estaba destinado al blog de reflexiones, así que volveré a empaparme en la fragancia de mis sentimientos e intentaré esculpirlos con letras marmóreas. En realidad, no hay mucho más que decir (típica excusa cuando se nos acaba la inspiración). Y además, el proceso de cristalización de estos sentimientos requiere más baños de aire fresco y dulce oscuridad. No prometo nada.

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