18/9/18

18-IX-2018


No quiero escupir el óxido que sueltan tus cadenas, tan solo soplarlo con fuerza y que no vuelva jamás. No quiero asomarme otra vez a esa cueva inhabitable donde el oro negro ha logrado consumir la última gota de azabache. 

Hace tiempo quemé los restos de hojas secas que quedaban en la herida con mi beso suave y tajante. Y hoy destierro tu nombre y tus cuencas vacías. Y resurjo de las cenizas de mi tapiz. Y vuelo con mis cicatrices y mis manantiales, dejando atrás eternos otoños que tejí con los hilos de tu ausencia.

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