28/4/14

La nostalgia de Gomer



Qué bien se vive sin enamoramientos e ilusiones varias.
Qué bien sin ojos negros y corazón de niño envuelto en roca.

A veces tenemos que hacer un pacto difícil que sabemos que traerá feliz recompensa. Nuestro Pepito Grillo particular nos señala el momento indicado, y en cuanto decimos "sí", el rostro que parecía alimentarnos comienza a desdibujarse, y desaparece por cada segundo presente una hora pasada, hasta que llega un momento en que incluso los más hermosos recuerdos se borran.
Y si seguimos el camino correcto, el verdadero alimento llenará los huecos vacíos. Y si alguna vez el pasado quiere volver a nosotros, como la nostalgia de Gomer, le cerramos la puerta y seguimos recibiendo la Verdad hasta que el corazón queda vivificado del todo.