20/4/16

Hª del caos inefable

Tu odio convertido en cenizas fue besado por el viento y con efecto retardado lo aspiró sin querer mi pecho. Resonancia del caos inefable, ya desaparecido, tan anhelado.

Caos inefable que busqué al principio en desiertos de revista, en soles de cartón. Caricias amoratadas. Gritos de sal en el corazón. Vacío de mí.

Reconocimiento.

Aparece el caos inefable en el trigo suave que pretendía volar a paisajes de los sueños. Pares de ojos del oro de la tierra, del calor del mar. Quizás fue demasiado para mí. El fango de mis cicatrices siempre me arrastra lejos de Arcadia.

Búsqueda, superación.

Un edén adaptado a mí, con espacio para los agujeros del alma. Fuego, noche, azul del cielo, sendero de mago. Aprendiendo a traspasar las barreras que me separaban de la inmensidad total del caos inefable. Aprendiendo a amar. Lo logré en el último momento.

Siempre el fango.

Me arrastró con todas sus fuerzas. Lo creí más pequeño. El monstruo había esperado invisible a que rozara la plenitud. Bestias devorando mi llama. Bestias no creadas por mí.


Grieta en el alma.


Esperar...


esperar.


Esperando. Aprendiendo sin amor.