15/3/19

"Abriéndose un claro"


Veo venir negra la orilla mientras la maquillan truenos y rayos.
Sínkope


En esta eterna lucha a veces logro escapar del humo que me aplasta. Y conmigo salen de su encierro los gorriones -a veces me parece que van olvidando la capacidad de volar-. Entonces se separan y se entrelazan y dibujan alegres nubes con su canto. Se acercan con la fresca caricia que provocan hacia un viejo roble. Pero este sacude sus ramas, desprendiendo aún más hojas. Y sus crujidos ahogan la melodía. Y abre la boca el carcelero, que lleva en sus dedos mi nombre. Y obligo a los pajarillos a volver conmigo al seco invierno. Y, otra vez, acaba venciendo el plomo.

La discriminación del gallego en Galicia


Uno de los puntos que plantea Juan Carlos Moreno Cabrera en “El nacionalismo lingüístico” (lo menciono siempre porque me parece un libro imprescindible) es que los defensores de tal ideología (el nacionalismo lingüístico español) tienen la costumbre de acusar a los demás de aquello que ellos mismos hacen, en este caso, de discriminación.

Veamos, el español tiene más de quinientos millones de hablantes y, en cambio, el vasco no llega al millón; el gallego sí que lo hace, e incluso lo dobla (unos dos millones y medio), pero en la Península se hablan otras lenguas que no tienen el mismo reconocimiento oficial.

El Atlas UNESCO de las lenguas del mundo en peligro clasifica al vasco como “vulnerable” y al asturleonés, al aragonés y al aranés (en el Atlas aparece como “gascón” ya que es una variedad de esa lengua), como “en peligro”.

Sin embargo, estos días se ha repetido otro episodio de intolerancia lingüística debido a esa costumbre de los políticos de usar “el idioma como un arma arrojadiza”, según palabras de Feijóo, uno de los protagonistas de la polémica, quien a pesar de la normativa que aparece en la resolución de la Consellería de Educación, que protege el gallego, no acaba de hacer una defensa fuerte de la lengua, tal vez para congraciarse con el sector político que domina el panorama lingüístico:

Feijóo intenta ser muy prudente a la hora de lidiar políticamente con este asunto, pero el 28 de febrero, día en que este diario reveló la Ley de Lenguas de Casado, dijo: «El gallego no es un requisito obligatorio, es un mérito». (https://www.elmundo.es/espana/2019/03/14/5c8963d6fdddfff0148b4757.html)
Es precisamente la actitud de superioridad frente a las lenguas minoritarias lo que muestra la ideología que critica cualquier profesional de la lengua que respeta el conocimiento, algo que, por desgracia, no hacen todos, pues algunos filólogos han tergiversado de manera astuta puntos concretos de la Lingüística, tal como pone de manifiesto Moreno Cabrera en el citado libro.

¿Debe haber lenguas obligatorias y lenguas “de mérito” u optativas (como propone Vox en su programa electoral, que he analizado en mi último vídeo)? Puede haberlas en territorios monolingües de español (centro y sur de España), pero no en lugares donde la lengua original es otra. Además, ¿qué problema tienen los nacionalistas españoles, si el aprendizaje de lenguas aporta tanto a nivel cognitivo? El problema no lo tienen con aprender lenguas de prestigio, sino tan solo con aquellas que son un obstáculo para la centralización del poder (¿recordáis lo que comentaba en el vídeo sobre la Revolución Francesa y la imposición del francés como lengua nacional?).

Es por una cuestión puramente económica que se intenta hacer ver la “lengua nacional” como superior y las minoritarias (si su número de hablantes se ha reducido ha sido por imperialismo lingüístico) como algo accesorio, y las consecuencias de que se extienda tal pensamiento sin que nadie lo cuestione solo pueden llevar a que tales lenguas vayan perdiendo vitalidad.

Por ello, es muy importante que todos nosotros nos demos cuenta de que muchos políticos llevan a cabo medidas lingüísticas sin tener unas nociones básicas ni contar con el consejo de expertos. Y para defendernos de su ideología acientífica, debemos leer, conocer a fondo el tema y hablar con personas que trabajan con las lenguas en su día a día.

12/3/19

2. Supremacismo lingüístico y VOX

Uno de los mitos principales que debemos dejar de tomar como norma es la creencia extendida de que hay lenguas que son mejores que otras, pues ni son mejores intrínsecamente ni son más eficaces para la comunicación, sino que cada lengua resulta eficaz para su comunidad de hablantes.
El concepto de prestigio de una lengua o variedad está relacionado con el poder, ya que son las clases poderosas las que determinan que una forma de hablar esté mejor vista y otra esté estigmatizada.
Además, cuanto más centralizado está el poder, más se busca imponer la lengua nacional sobre las otras lenguas con las que comparte territorio.
Esto ya sucedió en Francia en el siglo XVIII con la Revolución Francesa: se discriminaron las distintas hablas con el calificativo de patois y se vendió la idea de "una Francia una e indivisible: una nación, una ley y una lengua"  (http://filosofia.org/rev/bas/bas20103.htm).
Es una idea muy parecida a la que trata de vendernos VOX. Pero somos cada uno de nosotros quienes debemos reflexionar sobre el significado de España.





 
Si te ha gustado esta entrada, puedes apoyarme a través de Paypal o de Patreon para que suba más contenido:


Become a Patron!

1. Nociones de sociolingüística

La Sociolingüística es el "enfoque desde el que la lengua se interpreta en relación con su entorno social y situacional"; (Principios de sociolingüística y sociología del lenguaje, Francisco Moreno Fernández). 
Uno de los puntos esenciales que estudia es la variación, fenómeno que consiste en que ninguna lengua es homogénea, sino que tiene diferencias según distintos factores (geográficos, sociales e históricos).
No hablamos igual dependiendo de nuestra procedencia geográfica, del grupo de edad, género, clase social... y, por supuesto, en la Edad Media o en el Siglo de Oro no se hablaba como ahora (diferencias fonéticas, léxicas e incluso gramaticales).
Es muy importante tener en cuenta que no existe una manera de hablar (una variedad) que sea superior a otra. Sin embargo, durante mucho tiempo se han discriminado determinadas variedades geográficas debido al nacionalismo lingüístico, idea que defiende que el español estándar (que no es lo mismo que el español hablado por los españoles, en el cual hay variación) es superior al resto de lenguas y variedades con los que comparte territorio.
 Esta ideología utiliza el polémico término dialecto para llevar a cabo esa discriminación e imponer el español estándar como lengua superior, pero en realidad, entre lengua y dialecto no hay diferencias sustanciales, sino que lo único que determina si una variedad es lengua o dialecto son razones extralingüísticas.
Hay una conocida frase en Lingüística que dice: "Una lengua es un dialecto con un ejército detrás".
 
 

¿Por qué aprender lengua?

2/3/19

Mientras el viento me espera


El viento se inquieta esperándome. Y tantos años de ausencia van agotando sus lágrimas. Las flores y las hojas de los árboles añoran sus caricias y se han cansado de dibujar mi nombre. Tiene miedo la nieve de bañar mi cabeza en la distancia y que nunca pueda regresar.
Y yo recibo su eco tras estos barrotes de humo que asfixian mis entrañas, mientras sigo buscando la manera de vencer al monstruo de sombra que me mantiene presa.

A veces llega también el murmullo de un arroyo que me hace compañía en esta niebla eterna. Entonces no puedo evitar el deseo de que se desborde y arrastre las cadenas para facilitar mi huida.

Pero él continúa su camino suave y yo mi lucha agreste.