17/6/18

Amapolas


Hay días en que la primavera brota de repente, como si el Universo entero decidiera contraerse en un solo punto y estallar al instante. Son esos días en que vienes y bañas mis calles con tu sonrisa y yo me quedo como una abeja ante un jardín primigenio, como el astrónomo en la cima más alta y silenciosa, que se deja subyugar  por la exhibición del cielo. Y mis manos tiemblan al oír el velero de tu boca, y lucho por que no veas los cientos de amapolas que me salen por los poros. Pero no puedo evitar que se me caigan vestidos y aderezos, y quedarme descalza y que cobren vida mis cabellos, que intentan adornar el suelo que pisa tu triste figura.


14/6/18

En mi aquelarre solitario


Salí de tu pozo de cucarachas
y encontré mi viejo círculo de otoño,
donde observo, mientras reposa el viento,
con los ojos cerrados, el eterno
aire que no se va, enterrado como estuvo
en la niebla, en la cuchara honda del poeta,
en el pecho.

Estoy entre el Negro y el Azul.
Quiere respirar la flor en el cuerpo.
Suben las zarzas ardientes por las piernas
y los brazos. Escapan por la boca
en sintonía con el silencio
de la noche.

Otra vez en mi aquelarre solitario
entendiendo los laberintos del sol,
enloqueciendo por frenarlos.
Buscando un fuego griego de paz,
el haz de luz que conecta con lo profundo
de la tierra.

Estoy en mi aquelarre solitario
bajo estrellas y entre párpados.
Agujeros negros en los poros.
No sé si estoy en mi aquelarre solitario
o en el pozo.