12/12/19

11-XII-2019

No sé qué va a pasar cuando despierte de este sueño en el que he decidido sumergirme. Quizás ya nunca se rompa el dique y no entren las palabras.


He quemado el calendario.

No hay ojos pequeños que me obliguen, que me conecten al traicionero abrazo hueco.

Se han hundido las luces debido al peso del oro.

Se han deshecho los lazos.

Niego mis raíces. No con rabia, sino con serena distracción.

El humo embriagador es la envenenada brisa que sale de alas que no vuelan.

Solo tenía un laberinto en el que perderme. Ahora he consumido mi brújula.

Pero es que puede que nunca haya existido nada fuera de este muro infinito.

Puede que las letras de mi nombre estén hechas de efímeras sombras que no tienen siquiera la cualidad de rozar. Solo ciegan.

Y en mi ceguera estoy tranquila.

Hasta que me despierte la realidad.

No hay comentarios:

Publicar un comentario