25/10/21

La agonía alfabética

Exilian mis toscas palabras a este lienzo de mentira. Y yo que ni las abarco ni hago nada por sujetarlas, accedo al vil chantaje.

Ya no es tiempo de libros ni de repartir poemas por las calles principales. Es tiempo de antisilencio, de pupilas cegadas.

Decidme, ¿qué hago con estas palabras?

Valgan poco o suficiente, no me caben en el pecho y me empecino en soltarlas en este desierto abarrotado.

Me entristece la ausencia de postales, los mensajes huecos excesivos. Y un leve mar parece que quiere consolar a mis mejillas cuando contemplo que a mi buzón solo llegan mudos papeles de colores.

Es tan taimada esta jaula numérica que primero me agasaja y, cuando me muestro confiada, va absorbiendo mis palabras, robándome el aliento vital.

Solo me queda escribirlas en el suelo y, con un poco de suerte, quizás conmueva a las nubes y deseen honrarlas con sus lágrimas.



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