20/4/21

La muerte en vida de Iván Ilich

¿Tuvo Tolstói la intención de utilizar una de las palabras del título de su relato con doble sentido? Cuando leemos, en un principio, dicho título sin tener información previa sobre esta obra, tenemos la leve impresión de que el personaje de Iván Ilich debe tener cierta relevancia dentro del espacio diegético. ¿Por qué si no nos iba a contar alguien su muerte? Sin embargo, ya desde la primera escena de la narración, en la que los colegas de Iván Ilich se enteran de la noticia, Tolstói nos muestra que, para los conocidos del protagonista, hay cosas mucho más importantes que él mismo. Esta idea va a continuar a lo largo del relato y se irá haciendo, poco a poco, más evidente, hasta que llega un momento en el que, aunque al lector ya se le ha hecho partícipe de ello, el propio Iván Ilich se hará consciente de su soledad. Esto es así porque la narración comienza in extrema res y, tras la escena del funeral, el autor nos narra los sucesos que han derivado en esa terrible tragedia. Terrible para el propio protagonista, quien comprobará que, salvo dos de los más “débiles” de sus allegados, nadie le tiene la más mínima compasión.

En el capítulo 2, en el que se narran los inicios de la vida laboral y familiar de Iván Ilich, Tolstói repite con gran frecuencia la palabra “decoro” y sus variantes (“decoroso”, “indecoroso”...), pues este principio va a ser el que rija la vida del protagonista. Aunque, más bien, se trata de un eufemismo con el que, sabiamente, el autor hace una crítica social de la clase acomodada de la época, que, ya de paso, se  extiende también a los entresijos de la burocracia, a los amiguismos y colocaciones a dedo, etc. No por casualidad quien más calor humano muestra a Iván Ilich es Gerasim, ayudante del mayordomo, quien limpia el orinal del protagonista cuando empeora de su enfermedad y quien aguanta sus piernas sobre sus hombros para proporcionarle algo de alivio. A mi parecer, se trata de un símbolo sutilmente narrado, pero muy potente, de la relación que tenían para Tolstói los miembros de la clase dominada con los de la burguesía.

Otra palabra fundamental en este relato es “vivir”:

<<¡Pero si no soy culpable! -exclamó enojado-. ¿Por qué?>> Y dejó de llorar, pero volviéndose de cara a la pared siguió haciéndose la misma y única pregunta: ¿Por qué, a qué viene todo este horror?

Pero por mucho que preguntaba no daba con la respuesta. Y cuando surgió en su mente, como a menudo acontecía, la noción de que todo eso le pasaba por no haber vivido como debiera, recordaba la rectitud de su vida y rechazaba esa peregrina idea.

A estas alturas de la narración, Ilich ha sustituido el eufemismo de “decoro” e irá llamando cada vez más a las cosas por su nombre. Su conciencia aumenta a medida que aumentan su dolor y su sentimiento de soledad. Ahora, como vemos, lo llama “rectitud”, pero el lector sabe desde el primer momento lo que esconde esa rectitud, ese “deber hacer, “deber ser” que se oponen frontalmente a la posibilidad de “haber vivido como debiera”.

¿Ha vivido entonces Iván Ilich? ¿Cuándo ha empezado realmente su muerte? Esta duda de si ha vivido como debiera va a mantenerse de manera constante en la mente del protagonista, si bien le costará responder con honestidad a esa duda. Y, solo al final de su prolongado dolor y tristeza, es cuando, brevemente, llega a vivir de verdad a través de otro concepto esencial en esta obra: la compasión. La compasión en el más pleno sentido de la palabra, que no se reduce a una falsa pena por el dolor del prójimo, sino a sufrirlo con él (la palabra “compasión deriva de compassio, que está formada por el prefijo con- y patior ‘padecer, sufrir’), a la más pura y sincera empatía.

Pienso que el mensaje esencial de La muerte de Iván Ilich es claro. Tolstói nos está invitando a vivir plenamente nuestra vida, desde la compasión y el amor al prójimo, huyendo de las costumbres sociales basadas en la apariencia (el “decoro”), para que, cuando nos llegue la hora, algo de lo que ninguno nos vamos a librar, no tengamos que arrepentirnos de “no haber vivido como debiera”.


>>>>>>>LA OBRA ES DE DOMINIO PÚBLICO Y LA PODÉIS DESCARGAR AQUÍ>>>>>>>>> http://es.feedbooks.com/book/5993/la-muerte-de-iv%C3%A1n-ilich 

Está en formato epub, así que necesitaréis un programa específico para leerlo. De todos modos, seguro que en vuestra biblioteca más cercana podéis encontrar el libro en formato papel.

No hay comentarios:

Publicar un comentario