6/7/21

La huida

Tal vez mi destino sea un eterno laberinto

vacío ya de seres de los mitos

al haber aprendido a besarlos sin miedo.

 

Tal vez hay una cárcel más difusa

que aquella de la que hui con pasos firmes

al sentir la espantosa bruma al acecho.

 

¿Y si mis ojos limitados me encierran

en la jaula de las formas conocidas

por temer al mar y su profundo abismo?

 

¿Y si al ignorar el lienzo que sostiene

imperturbable a las infinitas estrellas,

de la salida de la cárcel pierdo el hilo?

 

Pierdo el hilo

y los soles

que abrasan

y las aguas

que refrescan.

 

Pierdo los besos

y los pasos

que vuelan

y las risas

que amansan

a esta fiera

que me atrapa

en la cárcel

que soy yo,

que son mis ojos,

que es mi temor.


Y es que es un falso abismo

y es que no hay laberinto.

Es que veo a través de un velo

enrevesado, loco, siniestro.

Es que no veo

porque huyo del hilo.

Es que no vivo

porque espero sentada

mientras las olas

pacientes me llaman.

 

Es que yo soy el laberinto.

Y cuando deje de serlo

empezaré a vivir.

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